Rocinante y Rucio, juntos,
cabalgan en su consigna,
llevando en alto la insignia
del Arte por los mil rumbos.

"¡Va a haber teatro!", se rumora
por los pueblos y los montes,
y entre gritos y borlotes
la escena encuentra su hora.

Se desborda el corazón
de estos dos nobles corceles
cada vez que dan función.

Trotamundos muy bohemios,
siembran en cada rincón
espectadores e ingenio.